miércoles, 6 de abril de 2016

economía y turismo


RUBEN BLADES(PLAN MAESTRO)
El negocio del turismo no depende de la economía nacional, sino de la de los países de origen del turista. Y a partir de la crisis económica mundial, iniciada en 2008, nuestro turismo empezó a reducir su crecimiento. El año 2009 se presentó débil, creció un poco en 2010; 11; 12 y en el 2013 fue en descenso. Ante este panorama se debía haber considerado que, tarde o temprano, seríamos afectados por el fenómeno mundial. ¿Hicimos las previsiones necesarias para este momento? En situaciones así, hay que redoblar los esfuerzos, tomar medidas entre todos los actores del sector. Por ejemplo, no diversificamos significativamente nuestro mercado y por depender mayoritariamente de las visitas del Norte, a expensas de la posibilidad que ofrece el viajero europeo, o el asiático, la crisis en Estados Unidos afectó negativamente nuestra expectativa de ingreso turístico.


Nuestro país ha sufrido históricamente de la ausencia de una cultura de planificación. Somos un país con una "cultura de rumbo", en el que la población planea quincenalmente y los gobiernos, anualmente. Ese tipo de improvisación, especialmente en campos como el turismo, es un error. Por eso, cuando llegué a la Autoridad de Turismo, entonces IPAT, una de las primeras tareas que emprendí fue la creación de un Plan Maestro de Turismo, que cubriría su planificación hasta el 2020. No creo que las administraciones que siguieron a la nuestra hayan hecho uso de ese plan. 
Si no se planifica, el futuro es incierto, como ahora ocurre. La práctica de los planes de estado a 5 años aportan beneficios para unos cuantos. No se puede construir un hotel pensando en los 5 años de un gobierno. El Plan Maestro de Turismo identificó  oportunidades, estableció metas, mercados, horarios, etc. Debió ser consultado para hacer las proyecciones a futuro. No había nada que inventar, o improvisar.  El Plan aún existe. ¿Se aplicó? ¿Se está aplicando? Sera aplicado?

Parece evidente que hoy tenemos una sobreoferta hotelera. Pero a comienzos del 2004 la situación era exactamente lo contrario: hacían falta habitaciones. ¿Fue desordenado y no planificado el número de hoteles que se construyeron hasta hoy?, seguramente. Y no debe resultar extraño.

La manera irresponsable como se ha desconocido y se continua desatendiendo cualquier intento de aplicar un ordenamiento urbanístico a la ciudad ha sido la norma, gobierno tras gobierno. 
En el caso de los hoteles, señores inversionistas, se aplica la ley de oferta y demanda y por su consideración existe la necesidad de planificar y de hacer proyecciones con discreción y objetividad. Las leyes del Capitalismo ordenan observar el comportamiento del mercado, hacer proyecciones al futuro y después decidir si la demanda justifica una nueva inversión. ¿Se hizo? 
El turista busca buenas ofertas y buen servicio. El sector hotelero dependerá de esos factores porque está dedicado a una labor capitalista, no social. No le corresponde a ningún gobierno garantizar que los hoteles tendrán óptima ocupación. El hotel que no satisfaga las expectativas del visitante acabará vacío, más en estos días de recomendaciones o quejas, transmitidas por las redes sociales. Es absurdo asumir que todos los hoteles estarán llenos todo el tiempo, no importa cuantos sean. Precios buenos, buena ubicación y buen servicio resultan esenciales para competir. ¿Se acepta esto en la práctica?. Cree alguien que existe garantía para que su negocio prospere que no sea derivada de su ubicación, oferta de precio y servicio ofrecido y prestado?. No le corresponde a los ciudadanos pagar con sus impuestos los errores de la empresa privada. Es un axioma implacable del capitalismo: la competencia feroz determinara quien sobrevive en el mercado. No le pidan salvavidas al pueblo.
Una de las cosas que el Plan Maestro establecía claramente era el desarrollo gradual de los distintos tipos de turismo, por regiones. Pero desde el inicio, quedó claro que el trabajo más importante era desarrollar las ofertas turísticas, lo que vamos a ofrecer como producto a los turistas. No solo hoteles o "atractivos": productos. Giras, excursiones, servicios de guías, etc., etc., etc. En esto insistimos mucho en nuestras conversaciones con el sector. Y le sugerimos a los hoteleros: no se limiten solo a "vender" el hotel, contribuyan a crear productos, pues de ello depende que vengan más turistas y que se ocupen más habitaciones. Y en las giras de presentación del Plan Maestro en todo el país explicamos a las regiones que debían dedicar el esfuerzo requerido para crear más y mejores productos turísticos que ofrecer a 

los visitantes. Repito: una cosa es un atractivo turístico, con un potencial, (v.gr., aguas termales en, "La Loma de Lole"). 
Otra cosa es un producto turístico. ¿Dónde está ubicado? ¿cuánto cuesta ir? ¿hay carretera? ¿hay electricidad? ¿hay agua potable? ¿hay lugares donde comer? ¿tienen seguridad? ¿hay internet? ¿hay luz?, ¿señal telefónica? ¿personal entrenado para tratar al turista? ¿habitaciones? ¿señalización?.  Esto lo mencionamos una y otra vez durante nuestras visitas a las distintas regiones contempladas en las discusiones del Plan Maestro. ¿Se entendió la diferencia entre "atractivo" turístico y "producto"? ¿se han creado las ofertas? ¿existe la infraestructura?. Sin todo esto considerado, ¿cómo competir exitosamente, como crecerá la industria? 

Los hoteles clandestinos no cesarán si no se aplican fuertes sanciones. Es como el resto de las actividades en las que abunda la piratería, la reproducción ilícita de cds. o de películas por ejemplo, donde no hay certeza del castigo para nadie. La situación se hace mas difícil aun por la existencia de las redes sociales y la Internet. Otra vez, el problema no es el gobierno: es la gente, el público quien alquila sus propiedades clandestinamente. Quizás la solución radique en buscar la manera de regularizar esta práctica, de forma que no continúe operando fuera de la ley y perjudicando a terceros. 
La actividad turística es transversal a todo lo demás. Todo el estado debe trabajar en apoyo al Turismo. La Autoridad de Turismo debe informar al Consejo de Gabinete periódicamente de sus planes y proyecciones, cosa de que todos los estamentos del Estado incluyan en sus presupuestos las partidas necesarias para permitir el desarrollo ordenado, coherente y oportuno del Plan Maestro de Turismo. 


Parece que se insiste nuevamente en manejar la publicidad turística de año en año. Es un error garrafal atender el interés de las publicitarias, en perjuicio de toda la industria y del país. No jueguen con eso. Nosotros entregamos un plan de publicidad turística, licitado a cinco años. No entiendo por que razón se suspendieron las pautas "por tres años", como leí recientemente, a menos que hayan desechado lo que dejamos planteado y aplicamos con éxito, para regresar al absurdo de la licitación anual. La licitación a cinco años garantizaba la no interrupción de las campañas publicitarias, su coherencia, la disponibilidad de los fondos para sustentarlas y la continuidad del mensaje. ¿Por qué no tenemos lo mismo hoy?

Panamá sigue siendo un destino con un potencial maravilloso, capaz de atraer muchos visitantes. Pero continuamos ignorando que debemos prepararnos para el éxito. Me resulta increíble ver como aun desaprovechamos lo que ya hemos aprendido. Debemos continuar educando a la población para que se consideren socios de la tarea turística nacional. Esa capacitación turística debe extenderse para incluir a los dueños de las empresas, no solo a sus empleados. Pongámonos de acuerdo y trabajemos para el largo plazo. Ya vemos lo que ocurre cuando no lo hacemos y permitimos que nuestros apetitos mezquinos y la improvisación se impongan sobre el bien común. 
Necesitamos: 
1. Que la publicidad turística no se vea suspendida
2.  Crear apoyo para el sector empresarial turístico parte de la pequeña y mediana empresa  
3.  Más productos turísticos
4.  Más cursos de capacitación y de entrenamiento para producir un mejor servicio
5.  Una mejor capacidad de transporte y desplazamiento de turistas a lo largo y ancho del país
6. Invertir más en infraestructura
7. Crear más espacios para turistas en los vuelos a Panamá
8. Se tiene que incluir al Interior y a sus intereses y no solamente atender los del empresario en la capital. Tenemos que distribuir la oportunidad económica a lo largo y ancho del país y no concentraría solo en la capital. Lo venimos diciendo desde hace décadas. El desarrollo racional de la capacidad del Interior para producir debe ser prioritariamente atendido. Al no hacerlo perdemos todos.
9. Debemos aumentar la publicidad turística hacia Europa, más ahora que existen vuelos de Iberia, KLM, Air France y Lufthansa. Los europeos se quedan mas tiempo promedio, gastan más y muestran mas interés en experimentar nuestra hoy eximia oferta cultural que los turistas de Estados Unidos y Canadá. 


comentario: 
En casi todos los países del Mundo el turismo representa una parte importante de su economía. Como actividad económica, por una parte está definido por su demanda y el consumo de los visitantes. Por otra parte, el turismo se refiere a los bienes y servicios producidos para atender a dicha demanda. En sí mismo, incluye una amplia gama de actividades diferentes, por ejemplo, transporte hacia y en los destinos, alojamiento, abastecimiento, compras, servicios de agencias de viaje, operadores de turismo receptivo y emisor. El turismo internacional es una fuente fundamental de ingresos para muchos destinos.
Los países industrializados de Europa, las Américas y Asia Oriental y el Pacífico son los mercados emisores más importantes para el turismo.

                                                   

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